El lomo se define por su aspecto veteado y sonrosado color, su aroma, su jugosidad y por su sutil textura la cual es una combinación perfecta entre la cariñosa condimentación, lento secado y distinguida ternura.
Nuestro lomo se define por su aspecto veteado y sonrosado color, su aroma, su jugosidad y por su sutil textura la cual es una combinación perfecta entre la cariñosa condimentación, lento secado y distinguida ternura. El gran sabor exuberante en el paladar inicia a darle continuidad a esta gran pieza, la cual procede de cada una de las dos piezas de carne que están junto al espinazo y bajo las costillas.
El lomo limpio de grasa se mantiene en frió entre 24 y 48 horas, a una temperatura entre 0 y 2 grados, antes de ser adobado y macerado durante varios días, posteriormente es embuchado en tripa, continuando en la sala de oreo con una temperatura entre 10 y 12 grados y una humedad de 80 a 85 grados, en la que llegara de forma idónea para ser colgado en secaderos naturales donde espera su lenta curación durante 5 o 6 meses.